domingo, 11 de marzo de 2012

De padres y columpios

Columpios hasta el cielo.

Cosquillas en la panza.

Y un padre al que no veo,

porque está atrás y me empuja

para que siga volando.

¡Más, más!

pido en un grito entrecortado

porque la cosquilla se convierte

en calambre

y el aire casi no puede salir.

Quisiera

que no terminara nunca

este balanceo

que me aleja

de aquella muerte

que se lleva de sus camas

a madres y abuelos.

Aquí estoy segura.

Jamás podría pasarme nada...

excepto que salga disparada.

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