sábado, 16 de noviembre de 2013




No hay nada aquí. Sólo pequeñas felicidades (para coser y armar la vida).
Que sea domingo y estemos los tres tirados en la cama grande. 
Que no haya que salir temprano. 
Que nos matemos de risa, jugando y haciéndole a la nena 
“sanguchito de beso” –cómo le gusta–
y encontrar después nuestras miradas.

Gozoso y extraño diálogo del silencio 
concentrado hacia un tercero.