sábado, 22 de enero de 2011

Voz de bailarina



Ese sonido metálico que pretende ser música y que escucho desde hace rato, se hace cada vez más agudo. Creo que voy a cortar. Me pregunto qué pensaría Mozart si se escuchara en esa versión de central telefónica. Me está lastimando los oídos.
Pip pi pipiribiribi – pipiribiribi – pipiribiribi... El sonido pasa, por un momento, de ser insoportable a ser casi visible. Aparece también la chica.
Punta, talón, se agacha y salta. “Servicios, buen día”. Da dos pasos. “La comunico con el interno”. Punta, talón, se agacha y salta. Como una muñeca de cuerda, con su tutú rosa y las zapatillas blancas golpeando apenas el piso de madera.
Pip pi pipiribiribi – pipiribiribi – pipiribiribi...
La voz de Mariana me saca del ensueño: “¿Y? ¿Te dio tono?”  
- ¿Qué? Ah, sí. Una chica con voz de bailarina me dijo que me pasaba la comunicación. Ahora estoy en ‘compás de espera’ con Amadeus. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario