No hay nada aquí.
Sólo pequeñas felicidades (para coser y armar la vida).
Que sea domingo y
estemos los tres tirados en la cama grande.
Que no haya que salir temprano.
Que
nos matemos de risa, jugando y haciéndole a la nena
“sanguchito de beso” –cómo le gusta–
y encontrar después nuestras miradas.
“sanguchito de beso” –cómo le gusta–
y encontrar después nuestras miradas.
Gozoso y extraño
diálogo del silencio
concentrado hacia un tercero.
concentrado hacia un tercero.
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